El Camino del Norte

Sorprende al extranjero adentrarse por el Camino del Norte y ver que los tópicos españoles de sol, playa, paella y siesta son sólo tópicos alejadísimos de la realidad. Camino Primitivo y Camino de la Costa, englobados ambos con la denominación genérica de Camino del Norte, ofrecen al peregrino unos parajes boscosos y verdes, por caminos que atraviesan desde pueblos bucólicos hasta grandes urbes. Auqnue es una ruta que ha cambiado mucho desde sus orígenes.

Camino de la Costa, en amarillo, y Camino Primitivo, en naranja, ambos Camino del Norte

Hace doce siglos, la noticia del descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago en Compostela traspasa las fronteras de los pequeños reinos hispanos y se difunde por toda Europa. Primero cientos y luego miles de cristianos se dirigen a la tumba del Apóstol en peregrinación, convirtiendo al Camino de Santiago en espina dorsal de la futura España.

El primer camino de peregrinación del que se tendría constancia es aquella ruta que utilizó el rey astur Alfonso II en el primer tercio del siglo IX para venerar la tumba del Apóstol. Esa vía sería el hoy llamado Camino Primitivo y une la capital de Asturias, Oviedo en dirección oeste por una ruta montañosa, con Santiago de Compostela. Posteriormente, una de las rutas más activas en los primeros años de peregrinación fue la que discurría a lo largo de la costa cantábrica, el Camino de la Costa, principalmente de peregrinos llegados por mar. Hospitales de peregrinos y monasterios quedan como huella, así como documentación que atestigua el paso de peregrinos allá por el siglo X. La dureza de la ruta costera, unido al apoyo de los reyes cristianos a la peregrinación por caminos interiores, dejó al Camino de la Costa como ruta secundaria en los siglos siguientes, cuando las peregrinaciones a Santiago alcanzaron su punto álgido.

En los primeros años del siglo XXI, el Camino del Norte, que englobaría tanto a la Costa como al Primitivo, ha vivido un auge extraordinario que ha hecho superar con creces las cifras de peregrinos que algún día pudieron alcanzarse en la Edad Media por estas tierras. La labor de divulgación de historiadores y asociaciones, el apoyo de las administraciones han lanzado este Camino. Además, los peregrinos lo han convertido en una alternativa al Camino Francés, tanto por la masificación de éste como segundo Camino tras haber realizado una primera peregrinación por la ruta jacobea más famosa.

Ambas rutas han experimentado un notable cambio desde 2005, aproximadamente. Ahora cuentan con numerosos refugios para peregrinos (no tantos como en el Camino Francés, claro) y la señalización comienza a ser general.